EL MARQUES DE OLIVART,
creador de la finca
Si retrocedemos ciento cincuenta años atrás, el aspecto de este lugar era muy diferente al actual. Una casa de campesinos en el numero 40 del Camino de Montroig, dos porches pequeños para animales y numerosos cultivos de árboles frutales, viñas, olivos y avellanas, con una era para labrar, definían el paisaje como e de una finca típicamente agrícola del siglo pasado. Por aquel entonces, el lago ya era uno de sus principales atractivos, gracias al abastecimiento del agua regulado en 152 horas semanales procedentes de una mina próxima.
Doménech de Dalmau, contrajo matrimonio con Maria Ventura de Olivart, vecina de una prospera familia de las Borges Blanques y se traslado a esta localidad. Se hipoteco la propiedad a favor de Josep Jansà Folch, como una garantía de renta de 1.380 reales anuales, a cuenta de beneficios eclesiásticos.
La familia Dalmau mantuvo una estrecha relación con el mundo religioso de la época. Maria Luisa Dalmau fue abadesa del convento de Vallbona de les Monges, próximo a Montbrió del Camp. Fue precisamente la familia de los marqueses de Olivart la que trajo a esta localidad un grupo de monjas Carmelitas para instruir a las jóvenes del lugar a principios de siglo.
La finca fue heredada por Ramón Maria de Dalmau y Olivart, primer marques de Olivart, nacido en 1.861 en Borges Blanques, Doctor en Derecho civil y Canónico, fue un destacado letrado y escritor. Interesado por los acontecimientos de su tiempo, perteneció a la Real Sociedad Geográfica y a la Academia de ciencias Morales y Políticas. La presencia de las exuberantes secuoyas que se pueden contemplar en el jardín de Termes Montbrió corresponden a la curiosidad científica de una familia vinculada con el interés por el estudio de la Geografía tan presente en el siglo XIX.
La fuerte vinculación de Ramón Maria Dalmau con la Sociedad de Historia Diplomática de Paris motivó la publicación de numerosos estudios de Derecho Internacional basados también en su experiencia como profesor en las Facultades de Derecho de Barcelona y Madrid. De su matrimonio con Maria de Falses, nacerá el ultimo marques de Olivart propietario de la finca, Ramón Jordi Dalmau Falses.
En el año 1.933, Ramón Jordi de Dalmau Falses vendió la finca “l’Horta Florida” al matrimonio formado por Josep Bassedes Montaner y Josefa Vidiella Marca. Antes de morir, el matrimonio dejara la finca en manos de su hija, Maria Bassedes Vidiella, como prelegado materno.